Inicio  |  Fotos   |  Noticias  |  ">Libro de visitas  |  Foro  |  Correo  |  Como páxina de inicio

   

VOLTAR A FESTAS

FESTAS DE VERÁN

Saúdo da comisión

Programa das festas 1977

Mis amigos de Bnadeira

 

MIS AMIGOS DE BANDEIRA

(Artigo recollido do libro de festas de 1977)

Siempre agrada encontrarse con los viejos amigos, con ese segundo yo que nos comprende, nos escucha y nos estima, que, unas veces, nos da un consejo desinteresado, nos ayuda a soportar una pena o, simplemente, nos ayuda a rememorar viejas historias. Así son mis amigos de Bandeira, los que yo estimo y aprecio; amigos que, cuando se van perdiendo, algo nuestro va muriendo también. Amigos hechos por el tamiz de los años, que no se ganan como Zamora, en una hora; hechos de recuerdos, de comprensión, de penas y alegrías compartidas, de fríos y de soles, como el añoso árbol del bosque.

Mis amigos de Bandeira no son simples personas conocidas, son algo más profundo, son una partecita de mi vida. Ciertamente son amigos afables para todo el mundo, que saben repartir son risas y chistes al conocido o al forastero que llega, pero para mí son algo más; por eso, los estimo o los recuerdo con cariño. Mis amigos tienen un nombre entrañable; todos en el pueblo fueron o son sobradamente conocidos y queridos de todo el mundo.

Todos son reconocidos o recordados por muchas cosas buenas , pero siempre hay algún dicho, alguna pequeña historia llena de gracejo o de amena picardía definitoria del fondo de cada persona.

¿Quién no agradece la servicialidad del viejo Mateo? (digo viejo, porque hay otro pequeño Mateo y, no es que el otro sea muy grande) Hombre simpático, atento y fino conocedor de la gente, que de joven arrancó a Cuba sus buenas divisas, cuando los pesos eran de plata; que tuvo el acierto de enamorarse y adoptar todo lo bueno de Galicia empezando por su excelente mujer. Después de muchos años, es un gallego más, rescatado de la estepa castellana y trasplantado a la mimosa Galicia.

Es fácil que cualquier conocido le salude con estas palabras: ¿Qué tal andamos, amigo Mateo? y reciba esta socarrona respuesta de doble sentido: por aquí me ando, ,mi viejo, pasando por bueno hasta que se descubra.

Por cierto, si vais a Bandeira,, no dejéis de visitarle para tomar un chato (lo bonito sería ganárselo a los dados) y de paso visitaréis un extraordinario museo de centenares y centenares de botellas en miniatura de todas las bodegas y fábricas de licores del mundo.

Muy cerca vive también D. Ismael, hombre emotivo y talentudo, con un excelente establecimiento, amigo de la cultura y admirador de las historias de Timiraos de Orense.
Pasando por alto a otros muchos, .¿quién no recuerda al Sr. Manuel do Rexidor, hombre sentencioso, serio y mañoso en cosas difíciles? En el otro extremo de Bandeira, a Ramón de Pérez, que, en su tiempo, como Pepiño Ayude en la actualidad, son el terror de perdices y conejos, pues entre ellos y la peste, con el enfado de Rodríguez de la Fuente y la Sociedad de Caza y Pesca son una amenaza para la especie.

Otros, como D. Alfonso Sande, excelente mêdico y amigo, D. Antonio Sotelo y D. Jesús Alén, D. Manuel Vieites y Angel Espiño dejan los ríos despoblados.

Cuando preguntéis a D. Jesús Silva, el farmacéutico, qué tal anda, os dirá: que todo le compre. De él decía un gitano que era el hombre que más mandaba en el pueblo.

No podemos olvidar al Sr. Servando, hombre incapaz de no hacer un favor y al que todos tiraban del hilo con el fin de verlo fastidiado en defensa de sus buenos vinos. Su sobrino Manolo, almacenista de vinos, hombre alegre y promotor de carnavales y de las fiestas del pueblo.

¿Quién no recuerda también al Sr. Victorino, hombre inteligente, pacífico y socarrón, cuyo negocio corrió peligro por el incendio de la gasolinera que antes estaba en frente. Cuando la industria de las cerillas no sobresalía por su buena calidad y alguien llegaba para comprar una caja, preguntaba con mucha sorna y muy serio si quería de las que no encendían, que eran a dos patacones, o de las que encendían, a tres.

Tampoco podemos olvidar, entre otros, a uno muy conocido, ni viejo ni muy chico , morocho y no muy guapo que se diga, pero que siempre dice que vive tan bien como un cura; un personaje algo metido a novelero, algo cabezán y no mucho bebedor, promotor de gaiteros y de cosas raras, que cree en la gente, a pesar de los clavos que alguna vez puede llevar, sus historias, alguna vez algo enrevesadas , son muy esperadas y escuchadas con mucho gusto.

Amigó visitante, que cualquier día te encontrarás en Bandeira o irás a divertirte en sus extraordinarias fiestas del 19, 20 y 21 de agosto, estas personas y otras muchas que no se citan por no alargar demasiado, no son un invento literario, son personajes reales, son mis amigos entrañables y también lo pueden ser tuyos, si tú lo deseas. Párate unas horas en el pueblo y tu mismo lo verás.

 

 

Cabeceira do libro co programa das festas 1977

 

Concurso de empanadas

 

 

Unha das carpas no ano 2003